Hace unos meses concretamente en enero tuve una tarde muy entretenida, ya que tuve la suerte de poder hacer esta sesión de fotos a Aida. Una tarde intensa pero en el que disfruté muchísimo. Me encantó la manera en la que Aida, se comportaba delante de la cámara. Una sesión entre tubos y oxido en la que pudimos trabajar la luz y exprimirla a tope. Trabajar como fotógrafo de bodas es maravilloso, pero mientras empieza la temporada me encanta recargar las pilas con este tipo de sesiones.